Alcachofas o alcauciles

Las alcachofas son en realidad las flores inmaduras de la planta de cardo. Las hojas y los capullos de las flores son comestibles, pero el centro no lo es. Las alcachofas varían en color, desde el púrpura oscuro a verde pálido y vienen en diferentes variedades.

La "alcachofa de Jerusalén" es un tubérculo nutritivo, muy apreciado por su sabor similar a la alcachofa, pero es realmente un miembro de la familia de las magnolias y en nada relacionado con la Cynara scolymus L..

Muy probablemente, la alcachofa se originó en el Mediterráneo, posiblemente en Sicilia, Italia. En antiguos escritos egipcios, se observan las alcachofas como símbolo de sacrificio y de fertilidad y son mencionadas en la literatura griega y romana desde del 77 AC. En la Europa del siglo XVI, la alcachofa era un alimento favorito de la realeza. Se cree que es una de las más antiguas plantas medicinales del mundo. Los españoles lo trajeron Estados Unidos en 1600, pero no tuvo éxito con los americanos hasta los años 1920.

¿Por qué comer alcachofas?

Las alcachofas son una rica fuente de vitamina C, ácido fólico, fibra dietética, magnesio, y potasio. Las alcachofas contienen el fitoquímico cinarina, que ayuda en la digestión, al estimular la producción de bilis. También puede ayudar a aumentar el apetito. Las alcachofas contienen el flavonoide silimarina, el cual se estima que presta apoyo protector para el hígado y contra las enfermedades del corazón ya que evita que el colesterol LDL se convierta en su forma oxidativa más perjudicial. Según un estudio (2004) del USDA (United States Drug Administration), las alcachofas ocupa el séptimo lugar de los 100 alimentos que contienen más antioxidantes.

En la medicina popular…

A lo largo de la historia, los egipcios y los europeos creían que la alcachofa otorgaba mayor potencia sexual y ayudaba en la concepción. Los griegos y romanos la utilizaban para promover la regularidad intestinal y para aliviar el malestar estomacal. Se ha dicho que el consumo de alcachofa ayuda a "limpiar" la sangre al desintoxicar el hígado y la vesícula biliar. También han sido utilizado para tratar mordeduras de serpientes, para la anemia, edemas (hinchazón), artritis y picazón.

La ciencia nos dice que ayuda a bajar el colesterol alto, a la buena circulaciòn y a la salud digestiva

Tips:
Al seleccionar alcachofas, escoja las que se sientan pesadas, con hojas apretadas y de color verde oscuro.
Manténgalas refrigeradas en una bolsa plástica y úselas dentro de los cuatro días siguientes de haberlas comprado.
El tallo es comestible. Elimine las hojas dañadas antes de cocinarlas.A pesar de que cocinarlas al vapor es una opción, el método más común es hervirlas. Colóquelas en una olla y cubra con suficiente agua y una cucharada de aceite de oliva. Lleve el agua a ebullición, tape la olla y hierva a fuego lento. Cocine durante 25 a 30 minutos.
PARA EL ESTÓMAGO:
Es aperitivo, estimula el apetito. Disminuye el exceso de ácido clorhídrico en el estómago con lo que alivia la acidez y la pesadez de las malas digestiones.

HÍGADO Y VESÍCULA:
Estimula la producción de bilis y su vertido en el intestino. Es descongestivo y desintoxicante hepático. Regenera las células del hígado.
Se prescribe para enfermedades biliares y para lesiones hepáticas provocadas por toxinas, alcohol o hepatitis.
Ayuda a las personas con cálculos y arenillas biliares y disminuye los cólicos.
Cura vértigos y mareos de origen hepático.

APARATO URINARIO:
Es diurético. Activa el funcionamiento de las vías urinarias. Ayuda a equilibrar el metabolismo de la urea, es útil en enfermedades del riñón en las que se produce pérdida de proteínas a través de la orina.

ARTICULACIONES:
Por su efecto depurativo, desintoxicante y diurético está indicado para el tratamiento del reumatismo, artritis y gota.

AFRODISÍACO:
Tiene actividad afrodisíaca reconocida por la fitoterapia desde los tiempos más remotos.

GLUCEMIA:
Es benéfico para los diabéticos debido a que disminuye la glucosa en sangre.

APARATO CIRCULATORIO. COLESTEROL:
Las grasas que consumimos con los alimentos son procesadas en el intestino. Allí se vierte la bilis que la disuelve en pequeñas gotitas. Así pueden ser procesadas y transformadas en colesterol para ingresar en el torrente sanguíneo. A través de éste se distribuye por el organismo para ser almacenado en forma de tejido adiposo o grasa.

A lo largo de los años, al disminuir la producción de bilis o aumentar la ingesta de grasa animal, el colesterol se va acumulando en las paredes de las arterias. Estas van perdiendo dos condiciones básicas para una buena circulación: permeabilidad y elasticidad. Las arterias impermeables no dejan pasar oxígeno y nutrientes a los tejidos, con lo que éstos van envejeciendo prematuramente. La pérdida de elasticidad origina la hipertensión. Si las arterias finalmente se obstruyen se producen infartos y ataques cerebrales.
El alcaucil, al estimular la producción de bilis, facilita la eliminación del colesterol. Además la cinarina inhibe la acción de la bradiquinina, sustancia que facilita el depósito del colesterol en las arterias.
El alcaucil es una buena alternativa a los medicamentos químicos cuyo empleo prolongado produce efectos secundarios y colaterales.
Por supuesto que sin modificación de los hábitos de vida y de alimentación es imposible la curación.
COMO PREPARAR Y CONSUMIR

Hervir de una cucharada a dos de hojas desecadas por cada taza de agua, durante diez minutos. Tomar 3 tazas diarias, una en ayunas y las otras después de las comidas más abundantes.
VINOS Y TINTURAS:
Se pueden macerar las hojas secas en vino o en alcohol de 60 grados durante 15 días.
El vino se toma a razón de tres cucharadas por día y la tintura, 30 gotas en un poco de agua, tres veces por día.
PREPARADOS FARMACÉUTICOS: son eficaces los que contienen extractos de la planta entera.
En todas sus formas carece totalmente de efectos secundarios y colaterales.
Tambièn se pueden hacer comidas esquisitas con alcachofa.Mas adelante daremos alguna receta.

RECETA CASERAPreparar una olla grande (donde quepan las alcachofas peladas) y llenarla con agua (no lo llenes mucho pues luego hay que meter las alcachofas). Corta un limón a la mitad y exprímelo sobre la olla con el agua, cuando estén bien exprimidos añade también las dos mitades de limón al agua. Hacemos esto para evitar que las alcachofas se oxiden y se pongan negras.
Una vez que tenemos nuestra olla con agua y limón preparado pasamos a pelar las alcachofas.
Pasos:
  1. Lo primero que haremos es la alcachofa entera con su rabito y todas las hojas sin manipular.
  2. A continuación haremos la alcachofa a la que le hemos arrancado con las manos las hojas exteriores de la alcachofa. Haremos esto hasta que aparezcan las hojas más tiernas (menos verdes y más amarillentas).
  3. Después con un cuchillo pelamos el rabillo (no lo tires que está muy rico, solo pélalo) y repasamos la base de la alcachofa quitando las zonas duras entre el rabito y las hojas.
  4. Por último corta un trocito del extremo del rabito (que suele estar seco y marrón) y corta la parte superior de las hojas de un solo corte. Tendrás que quitar entre un tercio y la mitad dependiendo de lo verde que estén las puntas de las hojas.
  5. Ahora mete la olla con agua y limón para que no se oxide y pasamos a la siguiente alcachofa. Repite hasta tener todas las alcachofas listas.Los alcauciles están listos para cocinar.

    Ingredientes para hacer Alcachofas con Guisantes y Habas (para 4 personas):
    1 kilo de alcachofas1 kilo de habas frescas con vaina (350-400 gramos desgranadas),1 kilo de guisantes frescos con vaina (400-450 gramos desgranados),1 limón y agua para lavar las alcachofas,1 cebolla bien grande (350 gramos),3 dientes de ajo grandes,2 cucharadas de pan rallado (unos 30 gramos),10 cucharadas de aceite de oliva (100 ml),10 cucharadas de vino, manzanilla (100 ml),3/4 de litro de caldo de pollo (750 ml),sal.
    Receta para hacer Alcachofas con Guisantes y Habas (para cuatro personas):
    1. Lo primero de todo será preparar las verduras para el guiso.
      Prepara las alcachofas (mira como limpiar las alcachofas)  quitando las hojas más verdes, cortando las puntas y separando el rabillo. Mete las alcachofas y los rabillos en agua con limón para que no se oxiden.
    2. En una cacerola (donde haremos todo el guiso) pon la cebolla picada bien fina con todo el aceite y una cuchara pequeña con sal. Deja que se vaya ablandando la cebolla).
    3. Pela los ajos, córtalos en rodajas y añádelos a la cebolla. Continua a fuego medio.
    4. Cuando la cebolla esté bien pochada y empiece a tomar color añade el pan rallado y remueve durante un minuto. A continuación añade el vino y deja que se evapore parte del alcohol durante un par de minutos.
    5. Luego añade los guisantes y las habas y los rabitos de las alcachofas. Remueve durante un minuto y a continuación coloca las alcachofas con el resto de la verdura y cubre con el caldo que puede estar caliente o a temperatura ambiente.
    6. Si el caldo no lleva sal añade una cucharada pequeña de sal pero si el caldo ya está sazonado simplemente deja que coja temperatura y entonces prueba si es necesario añadir una pizca más de sal. Deja al fuego unos 45-55 minutos hasta que las habas estén blandas (que será lo último en cocinarse).
    7. Mientras se hacen las alcachofas menea de vez en cuando la cazuela cogiéndola por las asas. No metas demasiado la cuchara para remover pues se desharán las alcachofas.


"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma" (3 Juan 2).

"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31).