Yerba Mate

El consumo de yerba mate se extendió en Sudamérica durante el Imperio español, desde la zona que poblaban los guaraníes (actuales provincias argentinas de Misiones, centro-norte de Corrientes, Este de lo que hoy es Paraguay -a partir del río del mismo nombre- y regiones aledañas de lo que hoy es Brasil) al resto del Virreinato del Río de la Plata en el siglo XVI. Cabe aclarar que los indígenas guaraníes ya eran consumidores de yerba mate antes de la llegada de los españoles.


A mediados del siglo XVII, los jesuitas lograron domesticar la planta y establecieron plantaciones en las reducciones indígenas en Misiones, lo que desató una fuerte competencia con los recolectores de la región (actual Paraguay, Noreste de Argentina y zonas aledañass de Brasil) que únicamente cosechaban plantas silvestres.
Tras la expulsión de los jesuitas en la década de 1770, las plantaciones entraron en decadencia, al igual que los secretos jesuiticos sobre la domesticación. La industria siguió siendo de primordial importancia para la economía paraguaya después de la independencia, pero el desarrollo en beneficio del Estado paraguayo se detuvo después de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) que asoló el país, tanto económica como demográficamente. Brasil se convirtió entonces en el primer productor de yerba mate.
En proyectos de brasileños y argentinos en el siglo XX y finales de siglo XIX la planta fue domesticada una vez más, gracias a los estudios iniciales del franco-argentino Carlos Thays que elaboró un nuevo método para lograr que la germinación se hiciese a escala industrial, abriendo así el camino para los sistemas de plantación moderna. Cuando los empresarios brasileños volcaron su atención en el café en la década de 1930, la Argentina que fue el principal consumidor se convirtió también en el mayor productor, avivando la economía de la provincia de Misiones, donde los jesuitas habían tenido una vez la mayor parte de sus plantaciones.
Por 1596 el consumo de yerba mate como bebida se había vuelto tan común en Paraguay que un miembro del cabildo de Asunción, escribió al gobernador del Río de la Plata Hernando Arias de Saavedra:
"el vicio y mal hábito de tomar mate se ha extendido tanto entre los españoles, sus mujeres y niños, que a diferencia de los indios que se contentan con beber una vez al día la toman de forma continua y aquellos que no lo beben son muy raros."
El mismo autor de la carta llegó a afirmar que los colonos venden sus prendas de vestir, armas y caballos y se endeudan para obtener la yerba mate.
Propiedades

En el caso de la yerba mate, los principios activos se encuentran en las hojas, por lo que se realiza una cosecha en forma de poda, que no perjudica al árbol. Sus propiedades terapéuticas y nutritivas no dependen de un solo principio activo, sino de todo el complejo.

Amplias y rigurosas investigaciones científicas señalan que la Yerba mate es un muy buen antioxidante, diurético y laxante natural. También tiene una poderosa actividad estimulante como tónico y hasta resulta preventiva de las caries dentales.

Otra de las acciones orgánicas de sus principios activos resultan muy apropiadas para combatir una de las patologías de mayor crecimiento en las últimas décadas: el sobrepeso y la obesidad. Se están estudiando científicamente sus propiedades para quemar calorías y grasas, en un estudio sobre dos grupos de personas en Argentina y Chile. Los investigadores se sienten atraídos por la relación entre alto consumo de yerba mate y bajo porcentaje de obesidad, por lo cual están estudiando las propiedades lipogénicas y termogénicas del mate.

Se fabrican cremas y geles sobre la base de extracto fluido de yerba mate para tratamientos anticelulíticos. También se comercializa en forma de cápsulas para adelgazar, y se le atribuye la propiedad de disminuir la tasa de colesterol, en especial el llamado colesterol malo.

En casos de decaimiento físico o depresiones menores la mateína, un alcaloide presente en la yerba, actúa sobre el sistema nervioso central, estimulándolo.La Yerba es ideal antes de las comidas, porque calma el apetito y otorga vitamina A, B, C y E, como también, minerales como magnesio, hierro, calcio, potasio, sodio y manganeso.
Tener mucho cuidado con las cantidades ingeridas, de mate porque la “tanina” elimina el hierro ingerido.Tiene efectos laxantes y diurèticos.
Quienes sufren trastornos del sueño, deben evitar su ingesta, pues al ser estimulante energético, sobre excita a la persona.  Por el mismo motivo, es absolutamente recomendable para quienes sufren de fatiga y cansancio.
Calma el apetito y activa el metabolismo, es especialmente positivo para quienes están en plan de bajar kilos. El instituto "Luis Pasteur" y la "Sociedad Científica de París" llegaron a la conclusión de que la yerba mate contiene prácticamente todas las vitaminas que son necesarias para la vida.

Preparar un buen mate
1. Calentar agua, luego colocarla en un termo. Tenga en cuenta que el agua no debe estar tibia ni dejarse hervir, para tomar “buenos mates” la temperatura del agua aconsejable es  de 70 a 80°C.
2. Vierta yerba dentro del mate hasta alcanzar las tres cuartas partes del mismo. Si lo desea, para que los primeros mates no sean tan amargos, puede agregar  una o dos cucharaditas de azúcar.
3. Tape con una mano la boca del mate, inviértalo y agítelo unos instantes. Vuelva el objeto a su posición normal. Cuide que la yerba quede recostada sobre una de las paredes del mate y además se forme un pequeño agujero.
4. Para comenzar el mate, coloque agua tibia suavemente en el hueco que quedó en la yerba. Iniciar el mate con agua tibia, permitirá que no se queme la yerba y pierda el gusto.  Deje reposar unos instantes.
5. Introduzca la bombilla en el hueco húmedo.
6. Una vez que hizo estos pasos puede comenzar a cebar el mate.
7. Procure no mover la bombilla y cebar siempre en el mismo lugar, esto permitirá que no moje toda la yerba y así disfrutará más tiempo de unos exquisitos mates.

"Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma" (3 Juan 2).

"Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31).